viernes, 27 de julio de 2007

Ausencias

I was thinking about... the ones I'm going to miss these holidays...

Las ausencias en vacaciones son perdonables, casi inevitables cuando vives en Madrid. Se asumen con la tranquilidad de algo que se sabe temporal, no definitivo. Pero hay otro tipo de ausencias, aquellas que han llegado sin que nos demos cuenta, tendiendo un velo de indiferencia entre nosotros y personas que puede que veamos todos los días pero que son, de alguna forma, ignorados.

[Mei me ha dejado el legado de terminarle y publicarle esta entrada del borrador, ya que se va mañana a Valladolid y entre maletas y preparativos no va a llegar a terminarla.]

Solemos asumir con tranquilidad la distancia que demasiadas veces se forma entre nosotros y aquellas personas que solíamos conocer. Muchas veces vemos inconscientemente ir a la deriva los lazos que nos unían con ellas sin que podamos impedirlo. Cuando finalmente los enfocamos con nuestra vista nos resulta asombroso ver la distancia formada y nos atraviesa una sensación similar a cuando en pleno frío invernal nos sentamos en una parada de autobús y nos ponemos a recordar, nostálgicos e incrédulos, que en esa parada nos solíamos achicharrar pocos meses atrás. Y casi nos resulta extraño, difícil de creer cómo han cambiado las cosas, qué poco tiempo ha pasado. Pero al final, nunca nos detenemos en ese pensamiento y seguimos siempre con nuestro camino.

Que paséis unas buenas vacaciones vayáis a donde vayáis.


Mei y Phil

sábado, 14 de julio de 2007

Eufemismos

I was thinking about... the meaning of words

Me encanta que los 40 grados a la sombra que estamos viviendo estos días sean temperaturas cálidas.
Me fascina que los negros sean morenos, los pobres, desfavorecidos; que la destrucción del planeta se llame calentamiento global.
Me asombra que los civiles muertos en cualquier guerra sean daños colaterales; que los países sometidos a una dictadura férrea sean países sin libertad de expresión.
Me llama la atención que la vivienda protegida (financiada por el Estado) haya que pagarla, al igual que el transporte público.

En fin, vuelvo a mis ideales utópicos, imagino, pero estamos últimamente tan empeñados en ocultar la verdad con palabras políticamente correctas, que no nos preocupamos de entender su significado más profundo, lo que verdaderamente quieren decir.

Será que nunca se me dio bien captar segundas intenciones...

viernes, 13 de julio de 2007

Dear Mr. President


Aquí os dejo un vídeo de una canción que me tiene enganchada últimamente. Es de Pink, una cantante a la que no tengo muy fichada, pero la verdad es que con esta canción ha conseguido una nueva fan.
En la red hay más versiones, pero he elegido esta porque tiene los subtítulos y así se puede entender mejor.
¡Espero que os guste!

miércoles, 11 de julio de 2007

Ser


I was thinking about...making choices

Hoy en día podemos ser quien queramos: Si somos blancos, podemos ser negros; si tenemos los ojos azules, podemos tenerlos verdes; si somos gordos podemos volvernos flacos; si somos ignorantes podemos leer dos páginas-resumen de Internet y hacer como que sabemos....
En fin.
Tenemos miles de posibilidades de ajustarnos al estereotipo vigente: delgado, alto, guapo, atlético, intelectual... Pero la verdadera inteligencia, la que distingue a una persona auténtica de otra que no lo es, es la capacidad de ser uno mismo, encaje o no con lo que se espera de ella.
Atreverse a actuar en función de nuestros principios, única norma válida en el juego de la vida, es lo único que garantiza terminar la partida con éxito.

lunes, 9 de julio de 2007

Locos


I was thinking about... "Los renglones torcidos de Dios"

Es el libro de Torcuato Luca de Tena que acabo de terminar de leer.
La historia sucede en un manicomio, al que llega una nueva interna de cuya mano vamos descubriendo los distintos personajes que lo habitan y sus historias.

Hay un párrafo pronunciado por uno de los residentes, el llamado "Autor de la Teoría de los Nueve Universos", que da título al libro y es realmente conmovedor: el personaje es un viejo que cree haber descubierto una teoría astronómica muy novedosa, razón por la cual los científicos de la NASA, celosos de su inteligencia, le han encerrado en el manicomio. Según dicha teoría el mundo se compone de nueve universos que están condenados, en un proceso inverso al Big Bang, a comprimirse cada vez más hasta convertirse, los nueve, en una única mota de polvo.
La mayor preocupación de este "científico" no es otra que la de intentar imaginar cómo serán capaces todos los que habitan la Tierra de apretarse tanto como para caber en esa partícula ínfima. Supone el buen hombre que éste será un proceso doloroso y, apenado, desea que sus compañeros de encierro mueran antes para no tener que sufrirlo:
No deben sufrir, le dice a Dios, "ellos sólo son los renglones torcidos de cuando aprendiste a escribir... tus faltas de ortografía".
Bella metáfora que oculta la angustia de no comprender el por qué de la existencia de unos seres tan atormentados, física y espiritualmente.

Es una incomprensión que compartimos, creo, la mayor parte de la población.
Desconocimiento, miedo, angustia, lástima, son los sentimientos que afloran cuando nos plantamos cara a cara frente a uno de estos "locos".
Y, sin embargo, mantengo, pese a las enérgicas opiniones contrarias de muchos, que no debemos sentir lástima por los enfermos o discapacitados mentales.
Lástima no, si acaso simpatía, empatía, necesidad de ayudarles.
Entre estos discapacitados se encuentran personas bellísimas y personas malvadas; artistas, nostálgicos, optimistas; enamorados, rencorosos, soñadores.
Como en todos los grupos humanos, dentro de este colectivo hay infinidad de personalidades, unas que merece la pena conocer y otras que no tanto; sujetos con los que congeniaremos y otros con los que preferiremos guardar una cierta distancia...
Pero, ante todo, los discapacitados mentales son nobles en un porcentaje cien veces mayor que en el caso de los considerados "normales".
Son sentimientos en estado puro, prácticamente incapaces de ocultar lo que piensan o sienten y mostrándose siempre tal como son, sin necesidad de disfraces.

Podemos aprender muchísimo de estas personas. Sólo con atrevernos a mirarles a la cara, a regalarles una sonrisa( recibiendo inmediatamente la suya de vuelta), estaremos dando el primer paso.
Lo digo por experiencia...

domingo, 8 de julio de 2007

Cotillas

I was thinking about... the wonderful time I've had

La verdad es que lo he pasado bien. A pesar de los cambios de temperatura entre Budapest (36 ºC) y Praga (aproximadamente 15 con viento y lluvia), que han conseguido provocarme el primer catarro veraniego, ha sido una experiencia deliciosa.
Y he llegado a una conclusión: Viajamos porque somos cotillas por naturaleza. Simplemente.
Nos gusta mirar, curiosear e indagar en todo lo ajeno, comparar con lo propio y sacar conclusiones.
Nos gusta preguntar a los guías sobre su vida, meternos en sitios donde no debemos con la excusa de que no entendemos el idioma y todo ese tipo de cosas que nos atrevemos a hacer escudados tras un gran cartel que reza: "guiris".
Así que, generalmente, se nos perdona todo: si somos impertinentes es porque no conocemos las costumbres, si somos fisgones es porque no entendemos las indicaciones, si somos molestos es porque tenemos una cultura diferente.
Resumiendo: ser turista (con chubasquero cantoso y todo) mola.
Me ha encantado visitar esos dos países que tenemos encasillados bajo la etiqueta de "países del Este", considerándolos a todos como un bloque uniforme, y descubrir que cada pueblo tiene una personalidad propia (bien marcada) y una historia completamente diferente ( a excepción del último periodo bajo la influencia de los rusos).

Pero qué bien se está en casa.
Pudiendo dormir hasta las mil, sin tener visitas programadas desde las 8 de la mañana, con gente que te saluda en tu idioma y con los carteles del metro en español.
Es estupendo.
Aún así, todos los viajes te dejan con ganas de más.
Me encantaría volver tanto a Hungría como a la República Checa más tranquilamente. Pasar, por ejemplo, 15 días o un mes en cada uno, para poder empaparme de ambas culturas.
Este viaje ha sido, pues, un pequeño aperitivo al que espero que siga una buena comilona en la compañía de cualquiera de vosotros que se atreva a viajar conmigo!