viernes, 10 de diciembre de 2010

Sueño

Este mundo, este país, se construye gracias al sueño de todos los que lo habitamos. Y no hablo del sueño que se tiene con los ojos cerrados, sino del que se arrastra con los ojos abiertos. De ese sueño provocado por enlazar dos trabajos y hacer encaje de bolillos para ver también a los niños, aunque sea un rato; el sueño que se arrastra de una semana a otra y a otra, porque uno no da abasto con el marido enfermo y la nieta que aún no supera el año a la que los padres no pueden cuidar porque trabajan de ocho a ocho. El sueño de las madres trabajadoras que se quedan despiertas hasta la una de la mañana cocinando para que los suyos coman caliente al día siguiente, a pesar de que ellas se tienen que resignar al dichoso sandwich de jamón de todos los días.
Y arrastrando ese sueño vivimos, trabajamos... y soñamos despiertos con el día en que el sueño se quede en la cama.

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