jueves, 8 de noviembre de 2007

Tarde


I was thinking about... poets

Como tantas otras veces, la idea de hacer una foto al graffitti también llegó tarde.
Me explico: resulta que en mi barrio vive un poeta anónimo con un bote de spray rojo con el que deja retazos de poesía en las paredes.
Primero fue Amélie en la pared de la boca de Metro: "Sans toi, les émotions d'ajourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois" ( sin tí, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las emociones pasadas). Y todos los días, al ir a la universidad y pasar por delante, la mañana era algo menos gris porque el graffitti era la prueba definitiva de que aún quedan un par de románticos en Madrid.
Pero los empleados de la Comunidad tienen el espíritu poético bajo mínimos, con lo que a los dos meses o así el graffitti desapareció del muro que adornaba, muro bajo el cual dormía un mendigo que despertaba en mí la cursi metáfora de "dormir al calor de las palabras".
Aún así, tras esta primera derrota, mi poeta favorito no se dio por vencido, ni mucho menos. A los pocos días de que su pintada desapareciera de la pared, apareció una nueva, con el mismo color rojo sangre y la misma letra torpe: "Y al sonreír me has hecho otra vez soñar".
Y durante meses estuvo adornando el feo muro gris de una casa de viviendas, como silenciosa reivindicación del espíritu soñador que tanto hace falta.
Día tras día, cada vez que volvía de la universidad y mis ojos se paraban sobre el verso que se sabían de memoria, el sol de la tarde brillaba un poquito más.
Y siempre, la mosca detrás de la oreja. El miedo cada día de que la frase hubiera desaparecido bajo la pintura gris de algún desalmado. Y la firme decisión: Mañana traigo la cámara y lo fotografío. Claro que mis firmes decisiones tienen de firme más bien poco.
Así pasaban los días. Sin pensar en el poeta más que cuando estaba a unos pocos metros de la esquina, en la que la presencia de la frase se me antojaba necesaria para seguir respirando.
Hasta hace dos días en que la frase dejó de estar. Y mi proyecto de foto se fue al garete.
Si bien es verdad que de tanto mirarla, conservo en mi cabeza una representación absolutamente fiel de la frase que veré ya siempre en esa esquina. Por mucho que la pared se empeñe en demostrarme, con su gris terquedad, que mi poeta y sus frases ya son historia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:

Me ha gustado tu crónica. Y sí, en Madrid aún quedan algunos románticos.

Mei dijo...

me alegro de que te haya gustado!:)
una preguntita (sólo con fines estadísticos, jeje) ¿cómo has conocido mi blog?
un beso!

Mei dijo...

ah! y.. bienvenid@!

Anónimo dijo...

Bueno, creo que estoy atravesando una etapa de blogadicción. Ha sido casualidad.

Besos

angeluxi dijo...

Me ha gustado mucho!!! siempre he envidiado a la gente que puede escribir cosas así, sin tener que ponerle ironía a todo, y sin resultar para nada cursi. :-)
Además, debe de ser que hoy tengo el día romántico.

Un besino!

Anónimo dijo...

esa es la gente que hace que siga brillando el sol a pesar de las miserias que se producen en el mundo...

Mei dijo...

a angeluxi:
mil gracias por tus palabras, me han hecho mucha ilusión, sobre todo viniendo de tí!
a lara:
totalmente de acuerdo, as usual!:)
besitos para las dos!