I was thinking about... privileges
Visto lo visto, asumo (ya tranquilamente) mi condición de coja.
Porque, a pesar de la putada que supone no poder recorrer distancias largas sin convertirte en un charco humano, ni poder subir escaleras sin miedo a romperte la nuca, llevar escayola mola. Sobre todo si se lleva con falda, para que se vea.
Al menos en eso tuvieron piedad los de urgencias, porque sólo faltaba que me hubieran puesto escayola hasta el tobillo, para no poder fardar a gusto. No señor, aunque sólo me haya roto un dedo, la venda hasta la rodilla.
¿Que por qué mola?
Porque de repente te abren la puerta señoras y caballeros, ancianos y niños. Porque puedes cruzar una calle sin paso de cebra y los conductores se pararán amablemente a tu paso y, sonrientes, te indicarán con la mano que puedes pasar, pero sin prisas.
Llevar escayola mola porque en los restaurantes te puedes saltar la cola si la hay y los camareros te ayudan a sentarte en la silla.
Mola porque como llevar bolso con muletas es incómodo puedes endiñárselo a tus amigos (que pronto serán canonizados por aguantar todos tus caprichos de inválida) y ellos nunca protestarán.
Pero sobre todo mola, porque desde que llevo escayola soy la estrella del barrio: los vecinos con los que me cruzo, con los que normalmente no paso de un amable "buenos días", me preguntan consternados que qué me ha pasado, me animan llamándole putada a mi mala suerte y ese tipo de cosas.
...
Otra tía mía (es que las elegí sabias) me dice que lo que me pasa es que a los 20 se acaba la garantía y ya toca pasar la ITV.
Va a ser eso...
viernes, 7 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Ayyyy, qué mentirosilla. Pero bueno, yo siempre seguiré intentando ayudarte a subir/bajar escaleras, abrirte puertas, etc, por mucho que te resistas.
Phil
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